domingo, 31 de diciembre de 2017

Mi 2017: personas sentimentalmente extravagantes

Estos días me han echo darme cuenta de todas las cosas que han pasado durante este 2017. Hemos tenido momentos en los que nos sentíamos como paredes de la Alhambra, saturados de información; otros en los que solo queríamos regocijarnos en nuestra infelicidad, por muy pequeña que fuera. Esas han sido algunas situaciones, pero ¿y todas las demás? Esto es un resumen inverso de esos pasados 364 días.

Quiero que la vida me vuelva a llenar las orejas de polvos de colores y purpurina.
Quiero que sigan existiendo personas que a pesar de las ampollas de los pies, continúen su peregrinación llevándome a mi de la mano.
Quiero ver bosques como los de Crepúsculo y paisajes urbanitas, en los que pasar calor en pleno julio junto a mis valencianos, madrileños, irlandeses y "galleguiño" favoritos.
Quiero volverme a bañar en la malagueta a medianoche y no poder parar de reír, sin haber bebido una gota de alcohol.
Quiero seguir enganchada a programas de televisión y comentarlos como una loca adolescente con otros locos adolescentes.
Quiero conocer a más gente con el corazón tan grande como la catedral, románica por cierto, de Santiago de Compostela.
Quiero seguir llorando con películas que no son dramáticas y deleitarme una y otra vez con los mismos edificios por su arquitectura así como con los cuadros que simplemente me apasionan.
Quiero emocionarme con más versos de Machado, porque "todo pasa y todo queda; pero lo nuestro es pasar. Pasar haciendo caminos. Caminos sobre la mar".
Quiero más encontronazos directos con Él en encuentros espirituales y comidas en el suelo con los pies destrozados.
Quiero tener confianza, fe y por supuesto, polvo de hada.
Continuar rodeándome de personas tan sentimentalmente extravagantes como yo y aprender palabras como altanería y surrealista, para decirlas en cada frase, aunque no tengan ningún sentido gramatical.
Más cumpleaños sorpresas y risas en una pista de hielo sin pulir.
Ser capaz de decir adiós a los que solo estuvieron de pasada en mi vida, como aquellos pasajeros que esperan el tren a su verdadero destino.
Quiero creerme un poco más escritora, mientras pinto mándalas que parece que nunca estarán completos.
Compartir tutoriales de maquillaje que nunca voy a saber hacer pero que me hacen en cierto momento, muy feliz.
Hacernos muchas fotos porque si y desarrollar mi lado más aventurero. Quiero aprender el inglés suficiente para que John Green me anime a darle inspiración para su próxima novela.
Quiero volver a escuchar las mismas canciones y sentir "chispitas" diferentes.
Compartir mi mundo con personas auténticas y dejar de preocuparme por unos ojos marrones que no me quieren mirar.
Quizás os preguntareis, ¿son esos todos tus propósitos? Pues la verdad es que no. Me he propuesto conocer la clave que desbloquea la relación entre Madrid y yo; selectividad y yo; Las Primis y Los Melocotones, pero sobretodo, quiero seguir sintiendo de forma extravagante mientras vivo, y quien sabe, quizás hasta mis dedos se sienten llamados a una guitarra o a un piano.
Pd: gracias y feliz 2016, como irónicamente (espero) dijo nuestro presidente del Gobierno.

viernes, 1 de diciembre de 2017

Atentados contra el ser humano

Cuanto daño nos hacen tantas veces.
Nos arrebatan lo que más queremos; nos hacen una herida para después crear una cicatriz, no sólo en la piel del exterior, sino también en los tejidos del corazón.
Destrozan nuestro cuerpo a su antojo y se atreven a atentar contra nuestra esencia. Es injusto decir esto conociendo el sufrimiento de tantos y tantas, pero quiero hacerme oír cuando digo que nunca dejéis que nadie ataque a vuestra esencia, a vuestra voz.
Cuando somos pequeños nos enseñan que tenemos distintas capacidades y que una de ellas, es la capacidad de expresar nuestra opinión ante las distintas situaciones que se nos plantean en la vida. Sin embargo, cuando crecemos, algunos se preocupan por hacer que olvidemos esta enseñanza tan valiosa.
Lo que más me dolió ayer fue la injusticia; hoy, he apuntado una nueva idea en mi lista: "atentados contra nuestro interior", contra ese cajón de pensamientos, que nos fabrican.
Somos unos ojos marrones sobre decenas de pecas y una conciencia que redacta sin parar, pensamientos. Aprovechadlos para ser valientes, para atreveros a decir lo que realmente pensáis, porque aunque esa opinión no guste a todos, alguien en alguna parte, agradecerá que lo hagáis o quizás no, pero estáis seguros y eso es lo que importa.
Soy repetitiva con las cosas en la que creo, pero confiad en mi: haced uso de vuestra capacidad de decir palabras coherentes, decid verdades y no caigais en la facilidad de atacar a los demás porque entonces, en ese momento, estaréis haciendo lo que otros tan erróneamente os hicieron a vosotros: callaros.
#valientesdepalabras